miércoles, 12 de octubre de 2011

Lo que no cuidamos...

Kandido era un venerable anciano que mimaba un huerto justo al lado del insti donde trabajo. Este hombre de Berriz, Bizkaia, cuidaba cada milímetro de su parcela, la mantenía limpia de "malas hierbas" y cultivaba sus lechugas, pimientos, vainas, etc., con un esmero digno de admiración, tanto es así que parte de nuestro alumnado en un proyecto de conservación del medio ambiente, visitaba frecuentemente su huerta y él les instruía. Kandido murió hace menos de un año allí mismo, en su terreno, y le rendimos un merecido homenaje en la revista que publicamos trimestralmente, pero lo curioso y de lo que más aprendió el alumnado, es de lo que pasó en ese trozo de tierra donde Kandido invertía horas y horas. Mama natura, que es más madrastra que madre, ya sin la presencia de ese ser humano, hizo su labor y se comió literalmente sus cultivos en muy poco tiempo. Lo que antes estaba milimétricamente diseñado, se convirtió en meses en una tupida selva de hierbajos, matas y enredaderas que no dejaban ver ni un trocito de la otrora bien cuidada huerta. Algo aprendimos: lo que no se cuida, vuelve a su estado natural, que muchas veces no es el que esperamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario