jueves, 22 de diciembre de 2011

Hora de balances

2011 empezó mal en el terreno personal, hacia la mitad empeoró y luego el tiempo ha restañado heridas... más o menos. En lo profesional nuevas responsabilidades, un final de curso muy emotivo, un inicio del nuevo curso ilusionante y muchas nuevas sensaciones. Mientras, ahí fuera, parece que se avecinan nuevos cambios en Educación porque cada vez que llega un nuevo partido al poder quiere dejar su impronta en nuestro trabajo, así que habrá que apretarse nuevamente las tuercas y eso que están ya más ajustadas que las de un submarino. En esencia paso por ser un tipo positivo pero mi toque apocalíptico da coletazos con todo lo que está pasando, con la crisis, con el nuevo gobierno, con la falta de solidaridad o de movilización, pero hay una esperanza, eso que se quedó dentro de la caja de Pandora al abrirla. El domingo nos juntamos las viejas glorias de la insumisión con los nuevos integrantes de mi grupo antimilitarista y, curiosamente, no somos muy diferentes a pesar de llevarnos más de 20 años. Seguimos soñando y trabajando por una sociedad más justa, menos violenta y transmitimos esos valores en todos los ámbitos donde nos movemos, trabajamos y amamos. Sé que como estos neoconservadores se pasen lo más mínimo nos tendrán enfrente y esta vez las cámaras y los micrófonos son nuestros. Tenemos ganas de bronca y a la primera de cambio nos vamos a hacer notar, así que avisados quedan.

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